“no les hagas caso”
El término “body shaming” se refiere a la práctica de criticar o burlarse de alguien por su apariencia física. Esta práctica body shaming tiene raíces antiguas y se manifiesta en muchas culturas a lo largo de la historia, aunque el término en sí es relativamente reciente. El body shaming tiene raíces profundas en la historia y la cultura de la humanidad y ha evolucionado a lo largo de los siglos en respuesta a los cambios sociales y culturales. Si bien el término en sí es relativamente nuevo, la práctica de juzgar y criticar los cuerpos de otras personas es antigua. La lucha contra el body shaming continúa hoy a través de movimientos que promueven la aceptación y la diversidad del cuerpo.
La valoración del cuerpo y la asociación de ciertos tipos de cuerpos con valores morales o sociales son fenómenos antiguos. En muchas culturas, los cuerpos siempre han sido juzgados en función de ideales de belleza predominantes.
Con la llegada de los medios de comunicación masivos, como el cine y la televisión, los ideales de belleza se han vuelto aún más estandarizados y generalizados.
En el siglo XXI, las redes sociales han amplificado el fenómeno del body shaming. La cultura de las celebridades y el uso generalizado de plataformas como Instagram, Facebook y Twitter, que permiten la rápida difusión de imágenes, han visto al mismo tiempo un crecimiento de los juicios sobre el cuerpo. La posibilidad de comentar públicamente en estas plataformas ha facilitado la práctica de la body shaming hasta el punto de derivar en formas reales de ciberacoso.
Al mismo tiempo, también han surgido movimientos importantes que luchan contra la discriminación corporal, como el movimiento de positividad corporal, que promueve la aceptación de todos los tipos de cuerpo y lucha contra los estándares de belleza poco realistas.