Cuando el acoso se vuelve virtual
El acoso cibernético, o acoso informático, es una forma de acoso que ocurre a través de Internet u otras tecnologías digitales. Consiste en conductas repetitivas e invasivas, como el envío de mensajes amenazantes, compartir información privada o vigilancia constante, que provocan miedo o malestar a la víctima. Los orígenes del acoso cibernético están estrechamente vinculados a la evolución de Internet y las tecnologías de la comunicación digital.
Con el aumento de la comunicación en línea, han surgido nuevas formas de interacción social, pero también nuevas oportunidades para el comportamiento abusivo. El ciberacoso nació como una extensión del stalking tradicional, aprovechando el anonimato y la facilidad de acceso que ofrece Internet.
Con el auge de las redes sociales el acoso cibernético se ha vuelto más generalizado: las diversas plataformas disponibles han permitido a los acosadores cibernéticos obtener información personal sobre las víctimas, rastrearlas más fácilmente y contactarlas directamente.
Los acosadores cibernéticos utilizan diversas herramientas para monitorear a sus víctimas, incluidas las redes sociales, los foros en línea, las aplicaciones de mensajería e incluso el GPS de los teléfonos inteligentes.
Se han creado numerosos grupos de apoyo y recursos para ayudar a las víctimas del acoso cibernético. Estos incluyen líneas de ayuda, guías de seguridad en línea y asistencia legal. Las principales plataformas de redes sociales han comenzado a implementar medidas para combatir el acoso cibernético, como herramientas para denunciar abusos, bloquear usuarios y mejorar la configuración de privacidad.
La respuesta a este problema requiere un enfoque de múltiples niveles, que incluya leyes adecuadas, educación pública, apoyo a las víctimas y tecnologías de prevención y protección.